jueves, 9 de enero de 2014

Seña y su Belén viviente.

Seña y su Belén viviente

Seña está situado a 5 kilómetros de Laredo. Este pequeño pueblo del municipio de Limpias tiene una personalidad e identidad muy acusadas. Sus gentes destacan por su unión y colaboración en cualquier iniciativa popular, es buena prueba de ello su Día de Reyes. Convierten a Seña en un gigantesco Belén viviente, que renuevan desde el 1987 y que nació de una catequesis parroquial de la mano de Alfonso Oruña, auténtico artífice de la celebración y organización de esta especial Cabalgata de Reyes durante muchos años



En la preparación de la Cabalgata de este año, la asociación puso mucho mas empeño, si cabe, tras el reconocimiento por el Gobierno de Cantabria de Fiesta de Interes turistico Regional.


Durante la noche de Reyes el fuerte viento deslució el gran trabajo realizado por la asociación y los vecinos de Seña, preparando y engalanando el pueblo para el evento. El fuerte viento se llevó el castillo de Herodes, y la decoración de las gradas y las calles, donde no pudieron en esta ocasión adornar con paja el paso de los personajes y de los animales. "Un desperfecto tremendo", para el organizador, Alfonso Oruña, que afirmaba que en 27 años "no he conocido esto nunca". Unos destrozos valorados en más de 4.000 euros, pero a pesar de todo "contra viento y mareo hemos salido", destacaba Oruña.




 Tián y su nieto Asier, pastores  de toda la vida.
Una de las escenas que más expectación de esta singular cabalgata es el paso de los pastores y zagales que hacen también el mismo recorrido con la esperanza y la ilusión de salir al encuentro del recién nacido. Lo hacen acompañados de todo su rebaño, perros, ovejas, conejos corderos, desfilan junto a los pastores y pastorcillos.


 No podían faltar las pastoras que vinieron a ver el evento...



 El rey Herodes...


  Las manos de las Habucas mas veteranas preparaban el aperitivo igual que antaño lo realizaban sus abuelas.


 Despues del evento, la Asociación Cabalgata de Reyes de Seña.nos brindó, a cambio de un donativo, un aperitifvo para celebrar los recién llegados reyes.










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